martes, 22 de julio de 2014

Alto del Rocigalgo y Toledo Nocturno

































Por semana santa y tras una dura ruta en bici mientras tomabamos unas cervecitas reparadoras nos surgio la idea de hacer una nueva ruta senderista. Alguna ruta por La Mancha, y de alli a Toledo a disfrutar la ciudad y su noche. En poco mas de una hora encontramos el destino ... Parque Nacional de Cabañeros ...
que facil, y esa misma tarde a buscar
donde dormir en Toledo ... cual fue nuestra sorpresa que estaba TODO OCUPADO, pero todo todo.
Y es que entre las fiestas, y El Greco no hubo manera.
Nos quedamos con la miel en los labios pero nos prometimos no dejarlo mucho.
Asi que con mucho tiempo de antelacion, hicimos una reserva para el sabado 21 de junio,
incluso con 2 meses de antelacion nos costó encontrar donde dormir.
Las fechas se acercaban y cada vez las ganas aumentaban, nos fuimos centrando en la ruta,
nos propusimos ir a Los Navalucillos al Alto del Rocigalgo (el pico mas alto de Toledo), pasando por dos cascadas (El chorro, y la chorrera chica). A priori ruta no muy larga, pues son
unos 18km ida y vuelta, aunque la información hablaba de una dificultad media.
Con esas madrugamos el sabado, aunque no tanto como queriamos, pero por suerte hacía airecito, y no el calor horrible que imaginaba.
Llegar hasta alli fue facil (gracias streetview de google), pero para el comienzo de la ruta, tienes que coger un desvio por un camino de cabras, se supone que son 5km, pero a los 2km dejamos el coche, era horrible, que botes oiga. Asi que a la ruta le sumamos otros 6km andando.
De la ruta que os podemos contar, que es increible. Es muy dura, es complicada, el terreno no es bueno. Los 9 primeros km son ascension, y luego los bajas. Pero las vistas, es de lo mejorcito que hemos hecho, atraviesas la montaña, el cauce del rio, las cascadas impresionan, las rocas, que en algun momento te has de agarrar a unas cadenas para poder seguir. La verdad que los primeros 5km se hacen muy bien, asciendes poco a poco y las fuerzas acompañan. Llegas al Chorro, descansas y admiras la cascada, te relajas y disfrutas, y por supuesto decides seguir.
Al llegar a la chorrera chica decidimos coronar el Rocigalgo, nos quedaban aun 4km pero fue un acierto, cambia la vegetacion, un robledal que no se nos olvidará, todo lleno de mariposas, y por fin los ultimos 300 metros, realmente no se ni cuantos metros eran, es la ultima rampa de coronación, solo pica para arriba, un desnivel muy alto, pero compensa todo el esfuerzo al llegar arriba y obtener el placer del reto conseguido y de las vistas conseguidas.
 

Ahora toca bajar, pero no es mas rápido, algo sí pero tampoco mucho, bajando te das cuenta de muchas vistas que no habias observado, el ritmo es bueno, pero no hemos parado apenas, y los km empiezan a pesar, y el terreno hace que los pies acaben muy cansados, al final hemos empleado casi 7 horas en la ruta pero ha merecido la pena. Al llegar al coche sonries, se ha disfrutado y aun queda mucha tarde y noche. Antes de emprender el viaje hacia Toledo, en el chiringo nos hidratamos con unas cervecitas y algo de picoteo, y ya repuestos nos vamos hacia Toledo.

Llegamos a Toledo, que está en plenas fiestas del Corpus, que ambiente se ve por las calles, tenemos el hotelillo muy cerca de la plaza de toros, y a 5 minutos escasos de la puerta de Bisagra, asi que una duchita reparadora y a recorrer Toledo. Que bonita es esta ciudad, maravillosa, y cuando la engalanan por el Corpus te encuentras una ciudad para vivirla y disfrutarla. Conciertos por las calles, los faroles encendidos, las terrazas llenitas y sus calles. Asi que empezamos nuestra particular ruta por los bares, destacando por supuesto El Enebro, gran bar, buenas tapas y mejor ambiente, pero sobretodo el Agapo Indie Food, según pasamos por allí supimos que ahí acabaríamos la noche y asi fue. Según entramos sonaba la Creedence, había gente a vinos y cerves, dentro y fuera, y pocas mesitas para picar algo. No tienen una carta extensa, pero mejor asi.

Nos tomamos unos botellines y unos vinos blancos, y nos sentamos a cenar ... un pollo tika massala, y una hamburguesa (entre las mejores que he probado nunca) .... y la música increíble .... volveremos allí.
Al salir tocaba el heladito de rigor, y seguir disfrutando la noche toledana .... irrepetible ... dia conseguido y disfrutado, con una sonrisa continua y pensando en la próxima experiencia y en nuestras locuras ....



Ser felices.

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