La otra ciudad que necesitaba vivir era Valencia y sus fallas. Cada año cuando llegaba el Mes de Marzo mi retaila era la misma: el próximo año no me pierdo el poder disfrutar de la exposición de Ninots, de vivir el ambiente fallero, de compartir con los valencianos todas las emociones que provoca una fiesta tan grande, divertida, emotiva y original como son las fallas.
Han tenido que pasar muchas cosas en nuestras vidas para que finalmente se cumpla el sueño. Supongo que cada experiencia tiene su momento y éste se ha hecho esperar demasiado, pero al final va a suceder. Escribo estas lineas dos días antes de salir para Valencia. Tengo una emoción contenida en el cuerpo difícil de explicar
Para celebrar nuestro viaje, el día de antes nos dimos un homenaje de desayuno preparando fartons caseros. La receta es sencilla y la masa resultante no es demasiado compleja de manejar. Donde encontré mayor dificultad fue en los tiempos de horneado. El conseguir que quede la masa bien hecha tanto en las capas interiores como en el exterior me llevo varios intentos para obtener un resultado más o menos parecido a los fartons tradicionales.
Y comenzamos nuestra crónica del viaje a las fallas 2016.
El 12 de junio de 2015 visitábamos por ultima vez Valencia con la emoción de la primera vez, y con la firme convicción al irnos de allí, de que esa ciudad significaba para nosotros algo mas. Y por tanto, sus fiestas había que conocerlas, Las Fallas. Los meses fueron pasando y de la cabeza no se iba, así que hace ya bastantes meses reservamos un apartamento a través de Wimdu y conseguimos los billetes del Ave.
Que larga ha sido la espera y que pronto ha pasado sin embargo.
Nuestra primera idea era ir a las fallas unos días antes del pistoletazo oficial, para ver la ciudad los días previos, y ver un poco el proceso de montaje de las fallas, pudiendo disfrutar la ciudad sin grandes masificaciones ... y así fue.
El domingo 13 llegábamos a Valencia, el Ave nos dejaba a las 12.20 y el apartamento le teníamos en la calle Turia ... y por supuesto íbamos a subir andando, recordando esos paseos de otras ocasiones y empapándonos de la ciudad pero a paso ligero que teníamos que llegar a nuestra primera mascletá a las 2 de la tarde.
Mientras nos dirigíamos a nuestro apartamento ya comenzamos a ver las primeras fallas aún incompletas.
Llegamos al apartamento. ¡ Tenemos una falla en la misma puerta del apartamento!; Calle Turia. El apartamento lo recomendamos totalmente . Nacho, propietario del local fue muy amable con nosotros, nos dio todo tipo de facilidades para la entrada y salida.
Además el encanto con el que está decorado cada rincón, los detalles tan originales y la comodidad de todo el apartamento hizo que nuestra estancia allí fuese inolvidable, de verdad que la próxima vez que vayamos, repetiremos. En cuanto a la la ubicación es perfecta como centro de operaciones para visitar los puntos más recomendables de Valencia.
Nos dirigimos al ayuntamiento con el tiempo justo de pillar un par de latas de cerveza, echar alguna foto de las fallas del camino y esperar ansiosos los 13 minutos que aun nos quedaban.
NO PODEMOS PERDERNOS NUESTRA PRIMERA MASCLETÁ.
Todas las calles se van llenado de gente que se acercan a la Plaza del Ayuntamiento. En los momentos previos a la Mascletá, se nota una sensación de tensión y emoción contenida previa a un acontecimiento importante.
Emoción al estar viviendo una experiencia nueva y poder disfrutarla y compartirla con el orgullo de su gente.
El ambiente era increíble, la incertidumbre ante lo que íbamos a vivir ... no hay explicación. Que sensación de emoción, de ruido o música según se mire, boca abierta alucinados e incluso gritos en algunos momentos, y así acabó ... nos miramos con una sonrisa, impactados ... que pasada (creo que lo primero que dijimos fue ... el año que viene volvemos).
Así comienza esta historia de 3 días y muchas horas aprovechadas, muchiiiiiiiiisimos kilómetros a pie recorridos y una ilusión enorme, y una manera de disfrutar que pocas veces he sentido.
Valencia siempre sorprende, y las fallas lo hacen y de que manera.
Tras la mascletá iniciamos nuestro recorrido hacia el mercado fallero de Tapinería. Primera compra imprescindible en todo viaje: pulsera para el recuerdo. En la misma plaza del mercado pudimos además disfrutar de unas cañas y un buen plato de paella en la calle, mientras en los locales podíamos ver como los cocineros elaboraban lentamente paellas gigantes con diferentes productos.
Volvemos al centro. Increíble falla de la plaza del Ayuntamiento. Días después nos contaron los camareros del Breaking Bar (ya llegará el momento de hablar de ellos) que ha sido, hasta la fecha, la falla más alta de la historia . El ambiente continuaba festivo, mucha gente en la calle, restos de pólvora oscurecían un poco la zona, comenzamos a ver más fallas en construcción y cada momento resulta más intenso que el anterior.
Teniamos que hacerlo, volver a recorrer nuestra Calle Jesús y visitar nuestro querido barrio de Patraix que tanto nos ha dado . Necesitábamos conocer su ambiente fallero de barrio y su forma de vivir esta fiesta.
Tras tantos recuerdos tomamos el camino de vuelta para subir por Fernando el católico hacia la zona de la calle Balmes donde degustamos las primeras Turias de grifo muy tranquilos. Cerveza turbia valenciana que aconsejamos degustar. Su sabor invita a una charla tranquila, al placer de tener un momento en el que tus pensamientos no vayan más allá de relajarte y disfrutar.
También teníamos muy claro donde queríamos terminar nuestra primera noche ... Destino: Ruzafa. Como ocurre siempre que visitamos Valencia, el barrio nos volvió a sorprender. Ese ambiente contagioso, el bullicio, sus fallas espectaculares al final de cada calle (Cuba, Sueca y Literato Azorín). Pero por encima de todo, la posibilidad de conocer y vivir el encendido de luces. Espectáculo de luz y sonido que desconocíamos completamente y que, sin embargo, creo que es una experiencia llena de emoción que merece sentirla. Sí hubiésemos tenido más días, más tiempo estamos seguros que habríamos vuelto una y otra vez a vivir ese momento.
Ruzafa es un barrio cálido, con mucho ambiente y con tantos y tantos rincones por descubrir que invita a perderse por sus calles una y otra vez y seguirá sorprendiéndote como la primera vez.
El segundo día lo dedicamos a conocer mejor la historia de las fallas. Gracias a todas las explicaciones que recibimos de su gente, con detalles que no aparecen en ningún folleto turístico y qué nos permitió profundizar más en detalles que hubiésemos pasado por alto. Por ello, siempre nos gusta hablar con las personas que viven en cada lugar que conocemos. Qué mejor conocimiento que la sabiduría y la ilusión de aquellas personas que conocen el significado de sus fiestas y tradiciones, lo han vivido y se emocionan al hablar de ello.
Antes de comenzar nuestro día (que amenazaba con ser duro), nos levantamos temprano y salimos a buscar nuestro desayuno.
Volvimos a recorrer el Mercado Central(con todos los puestos de fruta, sus olores y colores), en esta ocasión recién abierto, con poca gente a esas horas. Ademas nos íbamos parando a ver algunas fallas infantiles mientras amanecía.
Tras 45 minutos de paseo y una vez conseguido nuestro objetivo: provisiones para la nevera: fruta, yogurt, algún bollo y por supuesto cervezas Turia y después de desayunar en nuestro apartamento nos dirigimos a uno de los lugares que más ilusión teníamos por conocer. El Museo del Ninot.
Salimos de nuestra querida calle Turia para el Ayuntamiento en busca de un mapa (no por no centrarnos en la ciudad sino por ubicar las fallas de la sección especial), desde allí a la Catedral donde a las 10 nos encontramos un pasacalles de falleras con la banda de música muy animada ....
Este año, por primera vez, se expuso en el Museo de las Ciencias, ubicado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Para llegar allí, qué mejor que hacerlo paseando por la Alameda, aunque es un recorrido largo, se agradece poder pasear sin prisas y disfrutando del entorno.
Por fin llegamos al museo, donde se encuentran expuestos hasta el día previo a la plantá ninots representativos de cada falla. Sí tienes tiempo, puedes pasar horas y horas recorriendo la increíble cantidad de pasillos e ir descubriendo nuevos detalles y admirar el trabajo tan minucioso e intenso que conlleva su creación. Realmente un arte difícil de explicar.
Las fallas suponen un acto, una tradición que enaltece valores como la creatividad, el trabajo en equipo, la imaginación y por encima de todo, la posibilidad de participación de toda su gente y también de los que acudimos a conocerlo. Al finalizar la exposición tienes la oportunidad de votar aquel ninot que consideras merece ser indultado de las llamas. Para nosotros resultó una decisión difícil y de gran responsabilidad.
Ya que no estábamos demasiado lejos, decidimos seguir andando hasta otro lugar de visita obligada para nosotros (necesitábamos abarcar todo y teníamos poco tiempo). El barrio El Cabanyal, antiguo barrio de pescadores, la playa de la Malvarrosa y sus kilómetros y kilómetros de arena.
Nos sorprendió un día de viento y frío. El mal tiempo no nos impidió recorrer, primero, el paseo para sentir su mar y arena y después, perdernos por el barrio.
Dicen que Valencia es una ciudad que ha crecido de espaldas al mar, sin embargo para nosotros este barrio popular, de antiguos pescadores nos evoca un gran encanto y nos apasiona recorrer sus calles, sus locales como la peseta y su ambiente tan variado y divertido.
Toda esta zona marítima mantiene eso que tanto nos gusta de Valencia, sus contrastes. Es genial toda esa zona (quizás mas decadente, pero se respira el barrio, la zona, la playa cercana, su gente .... una pasada alejada del turismo.)
Queríamos, además, conocer sus fallas y sus calles iluminadas. También lo recomendamos, aunque en esta ocasión no pudimos disfrutarlo anocheciendo, que es como se merecía.
La suerte, las ganas de seguir caminando y la necesidad de tomarnos unas cervezas frías nos llevaron a descubrir en la calle Rio Tajo la Cafetería el Valiente donde su dueño (un tipo increíble) nos ayudó a conocer más sobre la historia del barrio, de las fallas y contagiarnos sus sentimientos por su ciudad... Y no solo nos invitó sino que se quedó con nosotros, nos contó las fallas desde el corazón del que las siente propias y las disfruta.
También hablamos de Madrid y nos emplazó para hacernos una ruta personalizada la próxima vez que vayamos .... un abrazo figura.
Nos encontrábamos tan bien en este local que continuamos bebiendo cervezas frías y charlando con su dueño sobre como planificar el que sería nuestro último día entero en Valencia. Con ayuda de un mapa, una revista Especial Fallas "prestada" en otro local y cada vez más cervezas en el cuerpo nos entusiasmamos realizando un recorrido bastante atrevido por todas las fallas que queríamos conocer. Como siempre, nuestros objetivos junto con el entusiasmo que nos van dando poco a poco las cervezas...
nos llevaron a proponernos un plan que implicaba madrugar mucho y caminar aún mucho más para poder abarcar todo lo que queríamos conocer y, además, estar presentes en el ayuntamiento antes de las 14.00 para tener la oportunidad de poder vivir otra Mascletá.
Pero no adelantemos acontecimientos....que nosotros seguíamos en el bar y se nos hacía tarde (un habitual en nuestras vidas, de pronto hacemos tarde....), una ultima cerveza invitación de la casa y a volver al centro que amenazaba lluvia y queríamos seguir viviendo todo su ambiente.
Cogemos un autobús de vuelta y nos bajamos cerca de la calle Colon .... camino de nuevo del ayuntamiento aunque antes nos liamos cerca del mercado Colón donde seguimos visitando cada falla que aparezca en cualquier rincón. Es en ese momento y totalmente muertecitos de andar donde decidimos que esa noche (a la hora que sea), cenaríamos tranquilamente en el apartamento. Para ello, necesitábamos un buen vino. Otra vez a recorrer las calles del centro buscando nuestra cena. Como siempre nos ocurre, nuestra costumbre de perdernos por cualquier calle nos llevo a conocer una tienda especializada en vinos (Devinos Divinos) donde su dueña y tras 30 minutos de agradable charla, nos recomendó vinos de la tierra.
Y la verdad tenemos que decir que le agradecemos sus consejos, la botella de Botania era increible y la relación calidad-precio fue estupenda. Lo disfrutamos deseando poder probar más de las diferentes denominaciones que tenía en el local. Suerte que va a comenzar la venta on-line y podremos seguir descubriendo sus caldos sin tener que desplazarnos a Valencia cada vez que nos apetezca probar algo nuevo y diferente.
Ducha y de nuevo a la calle, elegimos la calle Caballeros y calle de Quart para las cañas y así acabar este espectacular día y pensando ya en el martes.
Comentar que enfrente de la puerta tenemos una falla, bueno en la calle Turia hay 6 fallas y una carpa jajajaja, que cariño le cogimos a esta calle. Aun así y a pesar de que Nacho nos avisó por el posible ruido, el lunes al regresar no hay mucho jaleo, sin embargo a las 5 de la mañana hay una fiesta de la leche que escuchamos perfectamente jajajaja aunque no impide dormir ... viva el vino y el cansancio.
Madrugamos el martes y tras un desayuno reparador y con la ilusión por todo lo alto .... nos vamos a recorrer con mapa en mano la mayoría de las fallas de la sección especial, y el resto que vayamos encontrando ....
Desde el inicio, en la Calle Turia, encontramos seis fallas!!! Desde allí nuestro recorrido nos lleva a coger toda la avenida de la Petxina callejeando por cada rincón donde veamos alguna falla, hasta coger la avenida Pío Baroja y llegar a los comerciales, y bajar a buscar la calle Rascanya camino de la avenida de Campanar.
Allí queríamos conocer la falla de Avd Campanar, cuyo ninot nos pareció increíble. Aunque estaba alejado, sin embargo, el paseo hasta allí mereció todos los esfuerzos. Nos dejó impresionados MALEFICA (Era el nombre de la falla). La altura, las dimensiones impresionantes, los detalles y la ubicación hicieron que el momento fuese realmente especial.
Toca bajar de nuevo al paseo de la alameda y seguirle para recorrer otras dos de las especiales cerca del puente de les Arts y del puente Real.
Continuamos toda la mañana recorriendo calles y descubriendo fallas mientras se daban los retoques finales. Fue realmente interesante poder vivir la parte de este proceso. Aunque está claro que el poder verlas totalmente finalizadas tiene que ser espectacular, sin embargo el poder conocer cómo van completándose poco a poco y el trabajo que lleva cada pequeño detalle, es una experiencia muy, muy recomendable.
Podríamos pasar tiempo y tiempo hablando de cada una de las maravillas que vimos, pero es mejor dejaros a vosotros conocerlas.
Una mención especial, eso sí, sería para la falla infantil Imagine (mientras sonaba Lennon a todo volumen). Con un toque de sensibilidad que nos emocionó.
Tras disfrutar esas fallas volvemos de nuevo al centro a ver la falla del mercado central y parar en la fuente de la Catedral a descansar con unas latas a recuperar los maltrechos pies ... que momento y que ambiente y que bonito está Valencia .... y además solo queda media hora para la mascleta ....
Esta vez nos ponemos muy cerca, no tengo palabras para describir ese momento. Al acabar nos quedamos parados, no sabemos donde ir, estamos impactados .... asi que ahí nos quedamos mientras la gente nos esquiva .... buahhhh que momentazo. Al volver en sí seguimos nuestro trayecto para Ruzafa, tras unas vueltas por allí ... el frio y cansancio y la masificación nos hacen decidir tirar para la zona de Extramurs para ir a comer (beber), que aun no la habíamos visto y queda muy cerca de nuestro apartamento.
Toca una siesta reparadora, y volver al lio ..... esa tarde noche los elegidos fueron unas cañas en la calle Santa Teresa y en la Zona de Quart donde conocemos el Breaking Bar y sus dos camareros ... que grandes los chavales jajajaja, les obligaron a ver la serie en un mes antes de entrar a trabajar. Ambos nos siguieron ilustrando sobre la historia de las fallas, sus preferidas, y con quienes compartimos unos chupitos de whisky y canela cortesía de los dos cracks tras la barra.
Finalizamos la noche en la calle Calatrava cercano a la plaza del Negrito donde descubrimos el Bar Copon o Leviatan .... increíble decoración y música .... hay que volver mas tranquilo y menos cansado ..... que ambiente por las calles, su música, su color, su todo ..... y eso que aun no han dado el pistoletazo oficial.
Es así como queríamos vivir nuestras primeras fallas, impregnándose de cada barrio dando los retoques a sus fallas, ser un poco mas valenciano y un poco menos turista .... el año que viene ya tocaran las carpas, las verbenas y el lio .....
Regresamos con un poco de tristeza pero con la ilusión de volver y de que aun nos queda mucho por vivir.
El miercoles el Ave sale a las 2 de la tarde y no pensamos desaprovechar la mañana. Hemos decidido recorrer Ruzafa enterito, pero enterito .... todas las fallas que pudimos y que bien lo pasamos esa mañana. Viendo despertar el barrio, ver como aumentaba el jaleo según iba llegando el mediodía, esperando en muchas fallas a que pasaran los jueces y así hasta que al sol, nos tomamos la ultima Turia de barril en el Don Camilo ... rodeados de fallas, petardos y buena gente.
Queda coger las mochilas (paseo parriba de nuevo) (paseo pabajo) y al Ave, no sin antes parar a saludar al barrio de Patraix, donde tan bien nos acogieron la primera vez. En una de sus terracitas y con un ambientazo enorme caen las ultimas 2 turias, disfrutando de su propia mini mascletá, con su pasacalles de falleras, y con una alegría poca veces vista ... y así, dándonos la mano solo pensábamos en cuando podríamos volver.
Ahhhh desde que volvimos no hemos dejado de hablar de este viaje, contando los días para volver, y haciendo nuestros pequeños homenajes a esta gran fiesta y a esta maravillosa ciudad:
Desde nuestros fartons caseros, a nuestro pequeño rincón dedicado a Valencia y las fallas , y por supuesto este finde semana ha sido de beber vinos valencianos, y donde acabamos con nuestra pequeña Cremá (para ello recortamos del mapa de valencia, el sector donde estuvo la falla Antiga de Campanar que fue la que mas nos gustó, y eso fue lo que quemamos.
Gracias a los amigos del Breaking bar , de La Cafetería Valiente, y del DeVinos, y sobretodo a Nacho, por su trato, su disposición con nosotros, su apartamento y todas las facilidades que nos dio... Podeis visitar aquí su apartamento. Gracias .... volveremos pronto .....espero que para Noviembre si se obtiene el nombramiento de patrimonio inmaterial de la unesco .... se celebre y poder disfrutarlo ... sino en las fallas 2017
Y Gracias a ti, por ser tu y ser como eres y porque gracias a ti hemos vivido esta experiencia y conocido esta ciudad.
Sean felices y disfruten Las Fallas
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